Aunque el huracán Irene fue degradado a tormenta postropical obligó a cancelar miles de vuelos.
El huracán Irene atravesó Manhattan el domingo 28 de agosto, pero se reservó lo peor de su furia para las ciudades y suburbios del noreste de Estados Unidos, donde las torrenciales lluvias y la marea inundaron casas y dejaron a millones de personas sin energía eléctrica.
En su marcha hacia la costa este el fin de semana, la tormenta dejó al menos 29 muertos, unos 5 millones de hogares y comercios sin electricidad, extensas inundaciones y miles de árboles caídos.
La tempestad obligó a cerrar el sistema de transporte de Nueva York, que permanecerá inactivo en el inicio de la semana, y obligó a cancelar miles de vuelos, muchos de los cuales fueron reprogramados para el lunes.
El presidente Barack Obama advirtió que los problemas de la región estaban lejos de terminar. "Muchos estadounidenses todavía están en riesgo de sufrir apagones e inundaciones que podrían empeorar en los próximos días debido a la crecida de los ríos", dijo el mandatario al prometer ayuda del Gobierno federal para la recuperación.
Irene fue degradada a tormenta postropical para los seis estados de Nueva Inglaterra, con vientos máximos de 80 kilómetros por hora.
El costo de los daños no estaba disponible, pero sólo en Nueva Jersey se espera que posiblemente alcance miles de millones de dólares, dijo el gobernador Chris Christie en el programa 'Meet the Press' de la NBC.
Mientras miles de viviendas en el área quedaron inundadas, se abre la duda sobre si las pólizas de seguros darán cobertura y si el programa del Gobierno contra desbordes podrá hacerse cargo de las demandas, especialmente en momentos de austeridad en Washington y en estados con problemas de liquidez.